Artículo de
opinión realizado por Lucas de la etapa que empieza con “Pesadillas de verano”
y sigue con los nros. 1 al 41 del vol. 1 de JLA, junto con el crossover JLA:
ONE MILLION, tankiu veri much.
JLA de Grant
Morrison
A ver que se entienda, en los lejanos fines de los
ochentas y principios de los noventas, donde no había televisión por cable, los
celulares pesaban toneladas, y la
Internet todavía seguía teniendo usos militares y no había
sido “abierta al público” la editorial DC comics, parte del multimedios Warner
(extra data: ¿sabían que el multimedios que hoy es warner primero adquirió DC y
luego a la warner brothers?) tenía una llegada fuera de los medios muuy
superior a la que hoy por ej. Tiene merecidamente la Marvel.
Es decir que en ese momento en televisión abierta
pasaban al Batman de Adam West (que me partío la cabeza muy de chiquito) en el
programa de Macu Mazzuca, la Wonder Woman
de Linda Carter y hasta llegaron a pasar los capítulos en blanco y negro de
“Adventures of Superman” de George Reeves (aunque obviamente ya dije en el blog
que crecí viendo “Superman III”).
Pero la serie por antonomasia eran “Los superamigos”
que canal nueve pasaba una y otra vez a la mañana junto con He-man, y otros
dibujos ochenteros.
Esa era la “Liga de la Justicia” de mi infancia
con los siete grosos más Robin y algún personaje creado para la ocasión.
Después llego Editorial Perfil y accedí a la Liga de Giffen/Dematteis, que
merece su propio post y era algo así como los anti “superfriends” con esas
maravillosas aventuras que estaban más cerca de Seinfeld o Friends que de los
gemelos fantásticos.
Pero cuando quien escribe esto ya pensaba que no había
otra liga que la del Bicho azul, Astro dorado o Guy Gardner, llegó a mis manos
en una de esas convenciones que hacían en los noventas la edición de Editorial
Vid de “Nuevo orden mundial” y todo cambió para siempre.
A ver para ponernos en situación hay que decir que los
noventas fueron una época extraña para el cómic yanki, donde se alcanzaron
records de ventas con los X-men de Jim Lee, el Spiderman de Macfarlane o “La
muerte de Superman”, pero hacia la mitad de esos turbulentos años se reventó la
burbuja y casi desaparece el mercado (algo parecido a la economía argentina de
esos años, ¿no?) pero de manera inesperada a fines de esa década empezaron a
aparecer guionistas que se propusieron volver a los cómics que habían leído de
chicos reivindicando la imaginación, la aventura y al superhéroe no como un ser
violento y sanguinario sino como aventureros que quieren hacer el bien por
sobre todas las cosas (que poético).
Así silbando bajito apareció “Starman” de James
Robinson (obra cumbre que merece su propio post), El flash y “Kingdom Come” de
Mark Waid, “Marvels” de Kurt Busiek y Alex Ross y por supuesto la obra que nos
ocupa la JLA de
Grant Morrison.
Ya hablé en su momento de Grant Morrison pero a modo
de resumen diré que aparecido con apareció con fuerza en los ochenta con
“Animal Man” y “Doom Patrol”, luego durante la primera mitad de los noventa
vuelve a Inglaterra donde empieza a escribir “Los Invisibles” y reaparece con
esta obra que lo convierte en el mejor guionista de comics de habla inglesa.
Baste decir que si antes Morrison era un guionista
destacado luego de JLA pasa a ser una superestrella.
Bueno basta de cháchara ¿y de que la va? La etapa
empieza siendo justos en el evento “Pesadilla de Verano” de Mark Waid (que
tiene mucho que ver en esta etapa siendo el relevo de Morrison y sucediéndolo
en la colección cuando el escocés se termina yendo), donde Superman, Batman, Wonder
Woman, Aquaman, Green Lantern (Kyle Rayner); Flash (Wally West) y el Detective
Marciano deben unir fuerzas contra el villano Dr. Destiny (curiosamente no se
hacen menciones a “The Sandman” de Neil Gaiman), y al final queda conformado el
grupo y arranca la serie regular.
Hay que volver a mencionar que la línea que bajaba DC desde hacia muchos años era que en la liga
no tenían que estar todos los grosos juntos, así que verlos interactuando
después de mucho tiempo y con guionistas de la talla de Waid o Morrison que los
manejan de taquito les rompío la cabeza a todos los lectores del momento.
El tratamiento que le da a los personajes es
espectacular, a cada miembro de la liga le da un lugar en el equipo: Superman
es el “primus inter pares”, el tipo que cuando habla todos escuchan; Batman es
el estratega supremo un desarrollo del personaje que luego profundizara en su
etapa en las colecciones del quiróptero (y además se morfa a cuatro marcianos
blancos con una cajita de fósforos); la Mujer Maravilla es la amazona
guerrera que siempre esta para liderar en la batalla; Aquaman es el de peter
David huraño sin una mano y con barba pero es el rey del mar con todo lo que
implica; Linterna Verde es el novato; Flash es el tipo que fue superhéroe de
pibito y que conoce a todos y J onn J onnz es el espíritu mismo de la liga.
Arranca así la serie “JLA” donde Morrison empieza a
desarrollar historias más grandes que la vida, llevando a esta liga hiperpoderosa
a enfrentarse a los marcianos blancos; a una horda de ángeles; una invasión de
la quinta dimensión que termina con la reforma de la Sociedad de la Justicia; a Darkseid en
la mejor saga de la colección “La
Roca de los Tiempos” (que repito: merece un post en sí mismo);
una visita de sus descendientes de dentro de un millón de años; una expansión del
equipo con personajes como Plastic man; Zauriel (creador porque no les dejaron
usar a Hawkman); Steel o la Cazadora,
un ataque de Starro que trae una visita sorpresa de cierto endless somnoliento
y finalmente deben enfrentarse a Maggedon el arma definitiva capaz de destruir
mundos.
Podría hacer un post de cada saga, pero prefiero que
las descubran ustedes mismos, ya que Morrison ya desarrollando ideas y
conceptos que luego retomaría de alguna u otra manera como Solaris el sol viviente,
la dinastía de los supermanes; la ecuación de la antivida de Darkseid; además
de que en la última saga el escocés retomaría al querido Animal Man, borrando
la etapa vertiguesca del personaje y recuperándolo casi desde donde el lo había
dejado.
Lo dicho vayan y lean la etapa que no es muy larga,
cada saga es una gozada, lo único negativo es el dibujo de Howard Porter un
tipo que nunca pudo dibujar bien en toda su vida, al punto que en la EAH nos daban sus cómics para
aprender como no se debía dibujar. Pero esto es endémico a Morrison que muy
pocas veces le pusieron buenos dibujantes.
A favor de él diré que sabe como ser espectacular por
momentos y que dibujar a Morrison no es fácil, pero la verdad que nunca ví un
dibujante que en vez de mejorar y tomarle el punto a una serie regular empiece
a dibujar peor y peor.
Vayan lean y descubran el que es para mí el modelo de
cómo deberían escribirse los cómics de superhéroes en la actualidad, con
inteligencia, sin subestimar al lector, pero siempre con ese sentido de la
maravilla que hizo tan grande al género (y que hoy genera millones de dólares
en el cine).